Hay días en los que entre todas las personas y tu hay una intensa niebla que oculta lo más esencial de ellas, a las personas mismas. Es tremendamente difícil aveces mirar a los ojos y saber que persona se esconde detrás, quién es, quién maneja las palabras y los gestos que las esconden.
Otros días en los que luce un esplendido sol, andas por la calle subido en una nube de euforia contigo mismo, y todo y todas parecen almas caritativas... Almas que podrían estar trajeadas con fabulosos trajes, y devorarte como un niño devora un bombón de chocolate.
Es tan impresionante la ironía de saber que las personas más desnudas, son las más transparentes, las que se evaden del lugar y de lo que hay en el lugar, para sentir a la persona que les habla, que atónita les mira pensando si no es mayor locura y falsedad ir vestido y no saber sentir.
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