que ignoraba el tacto de cualquier objeto más humano que yo.
Hacia ya unos años, que más que sentir y escribir,
esbozaba recuerdos sensibles más o menos reales.
Hoy, en este preciso momento, perpetuare un capricho en forma de promesa.
Prometo que en este lugar tan lejano de mi, y tan cercano a ti,
empezar a sentir, poner mi piel al sol,
hacer que se despelleje y quede totalmente débil e inofensiva,
para volver amar.
Prometo, si acaso es necesario, hacerme daño,
prometo arrodillarme ante cualquier boceto de ilusión.
Aunque sea un error, Yo lo prometo.
Prometo, no volver a prometer.
Es tan irracional ir contra las olas del mar.
¿No es preferible dejar los remos en el fondo,
y aventurarse en el destino de vivir?
Pues allá voy. Prepara el betadine para las heridas.
Y tu boca para mis besos.
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