lunes, 7 de junio de 2010







En un desierto de vida,

en la oscuridad más seria y reconfortante.


En la absoluta soledad.




Me da miedo la noche.




Será que los fantasmas me observan,

y que siento sus alientos por todo mi cuerpo.



Antes,

los ahuyentaba degollando el silencio.



Ahora,

prefiero alimentarlos con el veneno de mi propio silencio.



Anoche,

solo sentí un leve jadeo.


Creo que eras tu. Lo siento.



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