lunes, 3 de mayo de 2010






Hacia tiempo que mis ojos,

no se fijaban en el hueco de la estantería

donde brillaba una puñetera canción de Sabina.


Hacia tiempo que no sabia que sabor tenían 5 minutos,

quizá por que nunca los he probado.


Puede que aquel libro que siempre gritaba

sensaciones y frases hechas,

debería ser humo en cualquier balcón.


No mancipare sangre, ni saliva,

ni agujereare mi piel para saber que siento.


Quiero poner un stop en mi cabeza.

Quiero ceder el paso al tiempo,

y hacer que mi lengua empiece a saborear.


Quiero aprender a gritar, pero sentado.

Quiero apagar la luz, y sentir que se enciende.


Hay veces,

que los huesos y los músculos que me acompañan se deben detener,

y que los reflejos de la realidad se beban un wisky barato.
















Shock. Sintiéndome sentir.


















Por que, acuérdate...




Intenta contar los segundos de un minuto.


Sin pensar más que en el segundo que toca.


Por que la vida, para quien no lo sepa,

y para quien le guste hablar de ella,

es simplemente un tarro de gotas de agua verde

y alguna lagrima feliz.


Y para mi, que no fumo,

que deje la bebida mañana,

la vida es el sabor de cada gota.





Sorbito a sorbito,

intentando que el tarro este vació.





Te quiero. Lo sabes.

Pero mejor no preguntes.





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